Ya puedes encontrarte en alguna esquina, o a la sombra de algún árbol con el libro SIN PODER. Construyendo colectivamente la autogestión de la vida cotidiana. coordinado por Javier Encina y Ainhoa Ezeiza.
Vamos a ir dando algunas pinceladas de los artículos que componen este libro.
Información sobre el libro http://desempoderamiento.blogspot.com.es/2017/03/sin-poder-primer-libro-de-la-tetralogia.html
La ruptura. John Holloway
Romper,
queremos romper. Queremos romper el mundo tal como es. Un mundo de
injusticia, de guerra, de violencia, de discriminación, de Gaza y de
Guantánamo, un mundo de multimillonarios y de mil millones de
personas que viven y mueren de hambre, un mundo en el cual la
humanidad se está aniquilando a sí misma, masacrando las formas de
vida no humanas, destruyendo las condiciones de su propia existencia.
Un mundo dominado por el dinero, dominado por el capital. Un mundo de
frustración, de potencial despilfarrado.
Queremos
crear un mundo diferente. Protestamos, por supuesto, protestamos.
Protestamos contra la guerra, contra el creciente uso de la tortura
en el mundo, contra la trasformación de toda vida en una mercancía
que puede ser comprada y vendida. Protestamos contra el tratamiento
inhumano a los inmigrantes, contra la destrucción del mundo en aras
de las ganancias.
Protestamos
y hacemos algo más, lo hacemos y debemos hacerlo. Si sólo
protestáramos, permitiríamos que los poderosos impusiesen su
programa. Si todo lo que hiciéramos fuese oponernos a lo que ellos
intentan hacer, entonces, sencillamente seguiríamos
sus pasos. Romper significa que hacemos más que eso, que tomamos la
iniciativa, que imponemos el orden del día.
Negamos,
pero a partir de nuestra negación crece una creación, un otro
hacer: una actividad que no está determinada por el dinero, una
actividad que no está configurada por las reglas del poder. A
menudo, la alternativa parte de la necesidad. El funcionamiento del
mercado capitalista no nos permite sobrevivir, y necesitamos hallar
otras formas de vida, formas de solidaridad y cooperación. A menudo,
surge de una elección; rechazamos someter nuestras vidas al dominio
del dinero, nos dedicamos a lo que consideramos necesario o deseable.
De uno u otro modo, vivimos el mundo que queremos crear (...)
El
método de la grieta es el método de la crisis: quisiéramos
comprender la pared, pero no a partir de su solidez, sino desde sus
grietas. Queremos comprender el capitalismo pero no como dominación,
sino de la perspectiva de sus crisis, contradicciones, sus
debilidades, y queremos entender cómo nosotros mismos somos esas
contradicciones. Ésta es teoría crítica, teoría de crisis.
La
teoría crítica o de crisis es la teoría de nuestro choque con el
entorno. La humanidad -en todos sus sentidos- choca cada vez más con
el capitalismo, se le hace cada vez más difícil conformarse a
medida que el capital exige más y más. Sencillamente, cada vez más
gente no encaja con el sistema o, si tratamos de ajustarnos al
capital como al lecho cada vez más pequeño de Procusto, lo hacemos
con frecuencia al costo de dejar atrás fragmentos de nosotros
mismos. Ésta es la base de nuestras grietas y de la creciente
importancia de una dialéctica de la inadecuación.
Queremos
comprender la fuerza de nuestra inadecuación, queremos saber cómo
golpeando una y otra vez nuestra cabeza contra la pared lograremos
derribarla (...)
¿Podemos
en verdad agrietar el capitalismo? ¿Qué significa? ¿El capitalismo
es realmente una superficie dura que podamos agrietar, o es sólo un
lodo viscoso que cuando tratamos de agrietarlo vuelve a su lugar, tan
repugnante y entero como siempre?
¿O
acaso hay algo que nuestros ojos cansados no ven? ¿Podría ser que
nuestros intentos de ruptura estén creando algo hermoso que está
surgiendo de las profundidades del lodo? ¿Algo que nuestros ojos
tienen dificultad en ver, y nuestros oídos en escuchar, algo que
habla con una voz que no entendemos? (...)
En
todo esto existen inquietudes, dudas, peligros. Cuando aguzamos
nuestra vista y nuestro oído para percibir algo que apenas vemos,
que apenas percibimos, que apenas discernimos o distinguimos, puede
ser que estemos ejercitando nuestros sentidos o puede ser que sólo
estemos fantaseando y que eso que apenas vemos y oímos realmente no
exista, que sea tan sólo el producto de nuestras ilusiones. Quizá.
Pero necesitamos actuar, hacer algo, romper el terror de nuestra
estampida hacia la destrucción. Preguntando caminamos, pero
caminando, no quedándonos quietos, es como desarrollamos nuestras
preguntas. Mejor es salir, encaminarse hacia lo que puede ser una
mala dirección, en lugar de quedarse y estudiar detenidamente un
mapa que no existe. Entonces, guardaremos nuestros temores y dudas, y
miremos las fuentes de la esperanza, el millón de intentos por
romper la lógica de la destrucción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario