martes, 21 de abril de 2015

Lavadoras, complejidad y desempoderamiento educativo: sesión sobre Ilusionismo Social del 14 de abril


El día 14 de abril de 2015 participamos en la presentación del Seminario de Ilusionistas Sociales de la Escuela de Magisterio de Donostia con una sesión precisamente sobre ilusionismo social, con Javier Encina de "azuzador" y Ainhoa Ezeiza de "cómplice". Pero en lugar de comenzar explicando lo que es o no es el ilusionismo social, a medida en que iba llegando la gente nos pusimos a leer un artículo sobre el asunto que... no vamos a decir que era fácil de entender... bueno, más bien era bastante difícil... (una versión reducida de este artículo).

Y es que el lenguaje académico, los artículos teóricos, hacen parecer que la investigación es algo inaccesible para la mayoría de la gente y solo unas pocas personas pueden dedicarse a profundizar en el conocimiento del mundo y el resto de mortales solo podemos estudiar o repetir lo que esas personas nos han dicho que es el conocimiento. Se supone que esa es la función principal de la escuela: transmitir esos conocimientos que esas pocas personas han determinado con sus metodologías y sus herramientas.

Por suerte, enseguida aclaró Javier que no nos preocupáramos, que eso iba a ser lo más difícil de la sesión y que a partir de ahí todo nos iba a parecer mucho más sencillo... y entonces empezamos a debatir sobre formas de investigación.


INVESTIGACIÓN COMO SIMPLIFICACIÓN FRENTE A INVESTIGACIÓN COMO PARTICIPACIÓN

Estuvimos reflexionando sobre formas de investigación en el campo de las Ciencias Sociales: la perspectiva distributiva, la perspectiva estructural y la perspectiva dialéctica, tal y como planteó Jesús IBAÑEZ. Por decirlo brevemente, la perspectiva distributiva investiga sobre cuestiones sociales mediante la distribución de la población a investigar en conjuntos o subgrupos (muchas veces utilizando la encuesta como herramienta de distribución y su posterior análisis) y la perspectiva estructural indaga opiniones de las personas investigadas (por ejemplo, con grupos de discusión) para, a partir de ahí, analizar sus discursos y hacer propuestas o tomar decisiones.

En la perspectiva distributiva cierras para cerrar (para que te salgan los grupos que tenías predeterminados); en la perspectiva estructural abres para cerrar (dejas que la gente hable pero inmediatamente cierras para poder analizar los discursos y actuar sobre ellos). En ambos casos tienes que cerrar para poder trabajar sobre ellos.

Ambas formas de investigación, la distributiva y la estructural, tratan de identificar, categorizar, etiquetar a la gente para hacerla así susceptible de análisis y de intervención. Esas formas de hacer ciencia simplifican la realidad social para poder extraer conclusiones más o menos universales (del tipo "entre un 15-20% de los divorciados con hijos tiene un elevado nivel de conflictos"). Son formas de ordenar a la gente y también de crear un consenso sobre lo que es (y lo que no es) el mundo, lo posible y lo imposible.

La perspectiva dialéctica, en cambio, rompe con la idea de "objeto de investigación", expresa la complejidad en su grado complejo, no la simplifica sino que abre para abrir, trabaja en el disenso, por eso se provoca el caos, las cosas se escapan de las manos, no se establecen conclusiones porque las conclusiones cierran mientras que lo social está siempre vivo. Comprende que la vida no acaba ni empieza, no se trata de determinar sino de construir colectivamente utilizando la investigación como una herramienta más. La perspectiva dialéctica permite romper la barrera entre lo posible y lo imposible, porque no determina lo que es y lo que no es sino que se entiende el mundo desde el estar.

Todo esto nos llevó a reflexionar sobre las cosas que hacemos en Magisterio, las formas en las que se están haciendo los trabajos de fin de grado, lo que es ético y lo que no es ético, cómo la distribución de la población entre docentes y estudiantes hace que se vea a l@s estudiantes como objetos, cómo se están empezando a utilizar a l@s niñ@s en nuestra Escuela a modo de experimentos de laboratorio.., cosas que son inaceptables y que en realidad se están presentando como innovación educativa.



LA PARADOJA DE LA LAVADORA Y LAS FUERZAS CENTRÍFUGAS Y CENTRÍPETAS

En eso que andábamos debatiendo sobre cómo la metodología plantea que existe la posibilidad de ordenar el mundo en secuencias (paso 1, paso 2, paso 3...) y lo limitante y simplificante que es eso, cuando salió el ejemplo de la lavadora. La lavadora es uno de esos avances tecnológicos que rompió con formas de relación antiguas; algo que se supone que iba a liberarnos a las mujeres de una de las tareas más tediosas del hogar, al mismo tiempo supuso que las mujeres quedáramos encerradas en casa en lugar de tener el lavado como excusa para juntarnos con otras mujeres y niñas en un espacio común (el río, el lavadero...). Es un ejemplo de complejidad, de cosas que tienen en sí mismas imbrincadas "lo bueno y lo malo" y que una vez que existen ya no hay vuelta a una situación anterior.

La realidad es compleja y además coexisten muchas realidades, identificamos algunas y ninguneamos otras...

La sesión fue en sí misma una muestra de complejidad, y como tal, debatimos por caminos inesperados que hicieron que, en un momento, de repente, se conectaran muchas de las ideas que surgieron en las tres primeras horas y nos llevaran a la analogía de las fuerzas centrífugas y centrípetas para hablar del desempoderamiento educativo.

Las fuerzas centrífugas huyen del centro, tienden a alejar los objetos del eje de rotación y a que salten o salgan de la espiral objetos de forma inesperada. Las fuerzas centrípetas empujan a los objetos bajo su influencia hacia el centro y son las fuerzas responsables de mantener el movimiento circular.


Siguiendo la analogía de estas fuerzas, en general la escuela gira hacia dentro, atrapa lo que encuentra fuera de la escuela y lo mete dentro de su ámbito de fuerza. Es el caso, por ejemplo, de las comunidades de aprendizaje, que toman lo que rodea a la escuela y lo introducen como elemento escolar (historias del pueblo, habilidades o ideas de l@s vecin@s o familias...) para seguir manteniendo el círculo, llevando las relaciones siempre hacia adentro.

En cambio, el desempoderamiento educativo propone trabajar huyendo del centro y permitiendo que las cosas se le escapen hacia afuera, de forma que lo que surge en la escuela se comparte en la comunidad, abriendo para abrir, y al estar abierto, permitir también el influjo de la comunidad hacia dentro de la escuela.

Y ASÍ QUEDÓ CONSTITUIDO EL SEMINARIO DE ILUSIONISTAS SOCIALES...

Porque nos gustaría que la Escuela Universitaria de Magisterio de San Sebastián sea algo más que una estructura institucional vertical, porque queremos investigar de forma ética, porque queremos encontrarnos cuando queramos y no cuando lo diga el horario, y queremos encontrarnos con gente que quiera compartir y no con quien toque por lista o por curso o por estatus.

No sabemos qué haremos la semana que viene o el curso que viene, ni cuándo quedaremos ni cada cuánto ni el qué. Porque vivimos el aquí y el ahora con quien estamos.







1 comentario:

  1. Muchas gracias por compartir esto haré lo mismo con uans colegas trabajadoras sociales con las que estamos trabajando sobre un programa de práctica comunitaria

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