Hace unos años me enteré que en mi pueblo, Guillena (Sevilla, Andalucía), se había constituido una asociación en la que trabajaban varios amigos míos y que se llamaba Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica “19 Mujeres”. Por curiosidad, como siempre, me acerqué un día para ver qué era eso de la Memoria Histórica y de qué hablaban en esas reuniones a las que asistían personas entre veinte y ochenta y tantos años que nada tenían que ver unas con otras (o eso pensaba yo).
Comprendí, entonces, que lo que unía a estas personas era nada más y nada menos que su Pasado, su propia historia. Yo siempre he pensado que no podría vivir sin saber quién soy o de dónde vengo, tener conocimiento de mis raíces para crecer como persona, y de repente se me encendió esa luz de mi cerebro que derrumbaba todos mis planteamientos anteriores.
Después de oír varios testimonios de los allí presentes, no pude describir mis sentimientos. Algunos decían <mi padre está en Real de la Jara> y otra decía <y mi abuelo también>, y otro <pues mi madre está en Gerena>, y otro <y la mía también>... Más de veinte personas habían perdido a sus padres o sus abuelos, no sabía cómo ni quién había hecho desaparecer a estas personas pero sus familiares parecían tranquilos, como si lo hubiesen asumido.
Entonces fue cuando me decidí a preguntar. ¿Por qué 19 mujeres? Sabía que faltaban madres, padres, abuelos, tíos, hermanos.... pero para que la asociación que engloba todos estos casos se llama así deber ser porque algo fuerte había ocurrido con estas mujeres.
Después de mi pregunta no hubo respuesta, pero sí muchas miradas que se cruzaban entre sí cambiando el conformismo que expresaban por unos párpados caídos llenos de tristeza; esa tristeza era el recuerdo. La reunión terminó y algunos compañeros dieron respuesta a mi pregunta; eran diecinueve mujeres de Guillena que detuvieron en la Guerra Civil, que un día las sacaron de la cárcel del ayuntamiento del pueblo y en un camión las llevaron a Gerena donde las mataron. Además me contaron que en la reunión estaban tres hijos de estas mujeres, Antonio, Miguel y Antonia, personas con las que yo hablaba a diario y que jamás había pensado que alguien había matado a sus madres y, en algunos casos, a sus padres.
Pensaba que la Guerra Civil fueron esos tres años donde habían dos bandos, con sus correspondientes trincheras, donde unos a otros se disparaban esperando a que alguno de los dos sacara la bandera blanca en señal de rendición. Me contaron que la República anterior era un desastre para este país donde la gente se pegaba por la calle y había una gran inseguridad, haciendo imprescindible una guerra porque los obrero españoles resistieron en contra de los salvadores de España. No me avergüenza decir que me contaron esto y yo me lo creí.
Mis dudas comienzan cuando me cuentan estas historias de personas con las que convivo y que me hablan de asesinatos, de fusilados, de cárceles y fosas comunes. Esta no es la guerra que yo pensaba que había estallado en mi país. En este momento es cuando me pongo a investigar. Tomamos testimonio a todas las personas de mi pueblo que sabíamos tenían algún familiar “desaparecido” (o fusilado, que es lo mismo) y preguntamos a los más viejos que se acuerdan de estos años. Y nos encontramos con casi cien desaparecidos (o fusilados) y más de doscientos represaliados. Imagina cómo me quedé cuando descubrí que en Guillena, pueblo de España, ¡¡ no hubo Guerra Civil !!
Resulta que unos Militares dan un Golpe de Estado el 18 de Julio de 1936 y a finales de este mes llega al pueblo una columna de soldados desde Sevilla y se encuentra un pueblo casi vacío. La mayoría de los hombres que habían tenido algún vinculo con el ayuntamiento en los años anteriores se habían ido y si alguno quedó por los alrededores fue fusilado por “aplicación de Bando de Guerra” en los días siguientes. En los meses posteriores, detuvieron a todas las personas que pensaban eran contrarias al Golpe, les tomaban declaración y los llevaban a las Prisiones que habían habilitado en Sevilla. Muchas de estas personas aún no se sabe dónde están.
Con los listados en las manos que el historiador José María García Márquez estaba confeccionando, y de manera casi inconsciente, encontré lo que quizás quería encontrar desde un primer momento: Campos León, Antonio – PPS, Campos León, Rafael - CCM y Campos León, Manuel (D). Tuvo que ser un historiador al que acababa de conocer el que me dijera que mi abuelo Antonio (el padre de mi madre) ingresó en 1939 en la Prisión Provincial de Sevilla (PPS) por haber luchado en el ejército republicano juntos a sus hermanos Rafael (preso en el Campo de Cocentración de los Merinales, Dos Hermanas) y Manuel (Desaparecido).
Mi abuelo y su hermano Rafael fueron condenados a doce años de prisión por luchar por su país, por tener ideas propias, por oponerse a unos fascistas que querían liquidar los derechos que tanto trabajo costaron conseguir, y teniendo que construir con sus manos esclavas los pantanos y las carreteras que inauguraba el generalissssssimo por Gracia de Dios.
La República fue el Gobierno Democrático que eligieron los españoles, libre de Borbones. La Dictadura implantó el miedo en el corazón del pueblo llegando hasta nuestros días. El hambre fue la rutina de la ciudadanía conseguida por ser familiares de rojos. El silencio era el mandamiento de las sotanas y los arriba España.
Cuarenta años de Dictadura y una farsa de Transición “democrática” son motivos suficientes para entender la actitud de nuestros mayores. Somos nosotros, los jóvenes, los que no podemos seguir viviendo en una mentira. Nuestros abuelos se nos mueren y con ellos se va la historia de nuestro pasado. No podemos permitirlos por ellos y por nosotros. “Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla”.
Nuestra actividad consiste en recopilar testimonios de familiares de asesinados y, en aquellos casos donde se pueda, delimitar la fosa común común dodnde estén enterrados.
En estos momentos estamos haciendo una investigación para la publicación de un libro que saldrá en el verano sobre Guillena en los años treinta, y un documental sobre la exhumación de nuestras 17 Rosas.
Paralelamente colaboramos con todas asociaciones o colectivos interesados en la Recuperación de la memoria Histórica.
Verdad, Justicia y reparación.
Para seguir leyendo
Algunas Canciones
Comprendí, entonces, que lo que unía a estas personas era nada más y nada menos que su Pasado, su propia historia. Yo siempre he pensado que no podría vivir sin saber quién soy o de dónde vengo, tener conocimiento de mis raíces para crecer como persona, y de repente se me encendió esa luz de mi cerebro que derrumbaba todos mis planteamientos anteriores.
Después de oír varios testimonios de los allí presentes, no pude describir mis sentimientos. Algunos decían <mi padre está en Real de la Jara> y otra decía <y mi abuelo también>, y otro <pues mi madre está en Gerena>, y otro <y la mía también>... Más de veinte personas habían perdido a sus padres o sus abuelos, no sabía cómo ni quién había hecho desaparecer a estas personas pero sus familiares parecían tranquilos, como si lo hubiesen asumido.
Entonces fue cuando me decidí a preguntar. ¿Por qué 19 mujeres? Sabía que faltaban madres, padres, abuelos, tíos, hermanos.... pero para que la asociación que engloba todos estos casos se llama así deber ser porque algo fuerte había ocurrido con estas mujeres.
Después de mi pregunta no hubo respuesta, pero sí muchas miradas que se cruzaban entre sí cambiando el conformismo que expresaban por unos párpados caídos llenos de tristeza; esa tristeza era el recuerdo. La reunión terminó y algunos compañeros dieron respuesta a mi pregunta; eran diecinueve mujeres de Guillena que detuvieron en la Guerra Civil, que un día las sacaron de la cárcel del ayuntamiento del pueblo y en un camión las llevaron a Gerena donde las mataron. Además me contaron que en la reunión estaban tres hijos de estas mujeres, Antonio, Miguel y Antonia, personas con las que yo hablaba a diario y que jamás había pensado que alguien había matado a sus madres y, en algunos casos, a sus padres.
Pensaba que la Guerra Civil fueron esos tres años donde habían dos bandos, con sus correspondientes trincheras, donde unos a otros se disparaban esperando a que alguno de los dos sacara la bandera blanca en señal de rendición. Me contaron que la República anterior era un desastre para este país donde la gente se pegaba por la calle y había una gran inseguridad, haciendo imprescindible una guerra porque los obrero españoles resistieron en contra de los salvadores de España. No me avergüenza decir que me contaron esto y yo me lo creí.
Mis dudas comienzan cuando me cuentan estas historias de personas con las que convivo y que me hablan de asesinatos, de fusilados, de cárceles y fosas comunes. Esta no es la guerra que yo pensaba que había estallado en mi país. En este momento es cuando me pongo a investigar. Tomamos testimonio a todas las personas de mi pueblo que sabíamos tenían algún familiar “desaparecido” (o fusilado, que es lo mismo) y preguntamos a los más viejos que se acuerdan de estos años. Y nos encontramos con casi cien desaparecidos (o fusilados) y más de doscientos represaliados. Imagina cómo me quedé cuando descubrí que en Guillena, pueblo de España, ¡¡ no hubo Guerra Civil !!
Resulta que unos Militares dan un Golpe de Estado el 18 de Julio de 1936 y a finales de este mes llega al pueblo una columna de soldados desde Sevilla y se encuentra un pueblo casi vacío. La mayoría de los hombres que habían tenido algún vinculo con el ayuntamiento en los años anteriores se habían ido y si alguno quedó por los alrededores fue fusilado por “aplicación de Bando de Guerra” en los días siguientes. En los meses posteriores, detuvieron a todas las personas que pensaban eran contrarias al Golpe, les tomaban declaración y los llevaban a las Prisiones que habían habilitado en Sevilla. Muchas de estas personas aún no se sabe dónde están.
Con los listados en las manos que el historiador José María García Márquez estaba confeccionando, y de manera casi inconsciente, encontré lo que quizás quería encontrar desde un primer momento: Campos León, Antonio – PPS, Campos León, Rafael - CCM y Campos León, Manuel (D). Tuvo que ser un historiador al que acababa de conocer el que me dijera que mi abuelo Antonio (el padre de mi madre) ingresó en 1939 en la Prisión Provincial de Sevilla (PPS) por haber luchado en el ejército republicano juntos a sus hermanos Rafael (preso en el Campo de Cocentración de los Merinales, Dos Hermanas) y Manuel (Desaparecido).
Mi abuelo y su hermano Rafael fueron condenados a doce años de prisión por luchar por su país, por tener ideas propias, por oponerse a unos fascistas que querían liquidar los derechos que tanto trabajo costaron conseguir, y teniendo que construir con sus manos esclavas los pantanos y las carreteras que inauguraba el generalissssssimo por Gracia de Dios.
La República fue el Gobierno Democrático que eligieron los españoles, libre de Borbones. La Dictadura implantó el miedo en el corazón del pueblo llegando hasta nuestros días. El hambre fue la rutina de la ciudadanía conseguida por ser familiares de rojos. El silencio era el mandamiento de las sotanas y los arriba España.
Cuarenta años de Dictadura y una farsa de Transición “democrática” son motivos suficientes para entender la actitud de nuestros mayores. Somos nosotros, los jóvenes, los que no podemos seguir viviendo en una mentira. Nuestros abuelos se nos mueren y con ellos se va la historia de nuestro pasado. No podemos permitirlos por ellos y por nosotros. “Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla”.
Nuestra actividad consiste en recopilar testimonios de familiares de asesinados y, en aquellos casos donde se pueda, delimitar la fosa común común dodnde estén enterrados.
En estos momentos estamos haciendo una investigación para la publicación de un libro que saldrá en el verano sobre Guillena en los años treinta, y un documental sobre la exhumación de nuestras 17 Rosas.
Paralelamente colaboramos con todas asociaciones o colectivos interesados en la Recuperación de la memoria Histórica.
Verdad, Justicia y reparación.
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