domingo, 21 de febrero de 2016

Una sesión sobre ¿Saberes populares vs. conocimiento científico? (Diálogo de Saberes en la UACM)

El próximo lunes, 22 de febrero ¿Saberes populares vs. conocimiento científico? (Diálogo de Saberes) de 11:30 a 14:30 en Casa Libertad, Auditorio 1 (Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Plantel Casa Libertad. Calzada ermita Iztapalapa 4163, Col. Lomas de Zaragoza, Iztapalapa, Ciudad de México). Información e inscripciones (entrada libre): laticfm@gmail.com



Comenzaremos leyendo algunos textos extraídos de artículos de Javier Encina, Mª Ángeles Ávila y UNILCO-espacio nómada sobre espacios y tiempos cotidianos, culturas populares e ilusionismo social. Tras la lectura, habrá un debate en grupo y después del descanso veremos el vídeo "Congreso de Comunicación Popular UNLP (Ponencia de Omar Rincón)". A partir de ahí, no sabemos qué va a ocurrir: incertidumbre, caos, incompletitud, imperfección... que se irá definiendo con las personas participantes.


Congreso de Comunicación Popular - UNLP (Ponencia de Omar Rincón) from ILUSIONISMO SOCIAL on Vimeo.


TEXTOS:

Si lo pensamos/sentimos/hacemos, de lo primero que nos damos cuenta es que hay lugares en los que tenemos marcados unos horarios y un solo uso: una empresa, un colegio, cuando vamos de visita a una casa, los centros comerciales, etc. Estos lugares son territorios porque: se les marca el uso (por ejemplo cuando un padre dice "en mi casa mando yo", cuando un maestro nos expulsa de clase, cuando la policía nos echa de un lugar público) y tienen horario, no podemos usarlos cuando queramos (por ejemplo l@s niñ@s van a la escuela de 8 am a 2 pm). Este tipo de lugares empobrece las relaciones, que tienden a convertirse en consumo y/o espectáculo (donde hacemos lo que nos mandan y/o somos meros espectadores); mientras más lugares se vayan definiendo así (y muchos espacios públicos se están convirtiendo en esto), más pobres e interesadas (instrumentales) serán nuestras relaciones.

En cambio, hay lugares donde se hacen muchas cosas diferentes, ya sea porque varias personas lo usamos en forma diferente (por ejemplo: un parque), o porque el mismo grupo hace en ellos diversas cosas (por ejemplo, un tianguis): a estos los llamamos espacios, y si seguimos fijándonos vemos que las actividades no vienen marcadas por un horario fijo, sino que podemos entrar y salir a lo largo del día o de la noche, esto es lo que llamamos tiempos (relacionarnos en el tiempo a diferencia de ceñirnos a un horario). Lo importante aquí serían las formas de relacionarse de las personas; la gente intentamos convertir los horarios en tiempos y los territorios en espacios (por ejemplo, cuando en clase hablamos con nuestr@ compañer@ de otra cosa diferente a la materia que se imparte, cuando en el trabajo nos preocupamos por la salud de otr@ compañer@, cuando vamos a un centro comercial a charlar o a pasear en lugar de ir a comprar...). Querer que la gente sea protagonista de su vida cotidiana significa darnos cuenta de que queremos crecer como personas a través de las relaciones con l@s demás, encontrándonos unas personas con otras, y así todas las formas posibles de enredarse. Esta es la manera en que la gente damos respuesta ("satisfacción") a nuestras necesidades, pudiendo construir así un desarrollo a escala humana.

Raúl ZIBECHI (2008) sitúa varias características para que los espacios sean espacios de participación, en los que los sectores populares producen su vida, sobrepasando a las grandes organizaciones burocráticas y jugando un papel destacado en las movilizaciones, y estas son:
  • Espacios horizontales hacia la autogestión colectiva y la no dependencia, sin jerarquías, sin dirigentes: “entre todos... todo”.
  • Espacios de diálogos constantes, intercambios, interacciones, interrupciones... en un clima cercano y de aparente desorden.
  • Espacios flexibles, cambiantes, autónomos, rebeldes, creativos, integrales e integradores de la diversidad, polifuncionales, sin estructuras fijas y separadas de la vida cotidiana, sin formas estables y consolidadas de división del trabajo.
  • Espacios que se despliegan de adentro hacia afuera, desde lo que ya existe en el mundo popular, evitando así la vida cotidiana reducida al espectáculo... 
  • Espacios potenciadores de la capacidad de hacer de los oprimidos, espacios-grietas abiertos por la resistencia de los oprimidos en el sistema hegemónico, espacios autónomos.
Frente a las culturas populares, el interés del Estado y del Mercado es territorializar, y lo hace con sus herramientas: la Escritura, la Cultura, la Escuela, la Nación… por eso son tan importantes y ocupan una parte central de nuestra vida los territorios y los horarios, que intentan colonizar la vida cotidiana; estamos asistiendo a un proceso que se caracteriza por la destrucción del tiempo vivido y construido. La territorialización de las culturas se produce con la división del espacio cotidiano, común, en espacio privado/espacio público, con lo que queda marcado un tiempo objetivado (horario) –igual para tod@s­, un espacio convertido en territorio, y unas personas que pasan de participar a mirar: de la construcción colectiva al espectáculo.

Parafraseando a E. MORÍN, la reducción -que provoca la dimensión estructural- consiste en unir lo que es diverso, de una manera arbitraria que anula esa diversidad. Es una forma de eliminar lo individual y singular, identificando leyes generales e identidades simples y cerradas; para construir la lógica del orden sobre el basurero del caos. Dicho por Raúl ZIBECHI (2007:67) de otra forma: “para cumplir con estos objetivos, la dispersión y la diferencia son aspectos a neutralizar, o mejor, a sustituir en un proceso de homogeneización. De ahí el hincapié en la inclusión y la integración, formas suaves de decir que lo que se busca es la anulación de la diferencia. En paralelo, aparece la búsqueda de institucionalización de modo que se llegue a una racionalidad administrativa, urbanística o incluso del movimiento social. Por racional se entiende la racionalidad estatal, nunca de los sujetos sociales a los que siempre se considera irracionales o, en términos de la izquierda política, espontáneos”.

La Ciencia dominante, que es la ciencia del orden, solo se adentra en el caos para alinear elementos... Una ciencia social debe impregnarse y repensarse desde el intercambiar con otras lógicas de pensamiento, sentimiento y acción, entrelazándose con los sujetos colectivos o en los cultivos sociales; y por lo tanto, sumergiéndose en la lógicas/alógicas, tiempos y espacios de las culturas populares.

“En el fondo, la fosa que se agranda entre una tecnociencia esotérica, hiperespecializada y los ciudadanos, crea una dualidad entre los conocientes –cuyo conocimiento es parcelado, incapaz de contextualizar y globalizar– y los ignorantes, es decir el conjunto de los ciudadanos. Así se crea una nueva fractura de la sociedad entre una “nueva clase” y los ciudadanos. El mismo proceso se da en el acceso a las nuevas tecnologías de comunicación entre los países ricos y los países pobres.
Los ciudadanos son rechazados de los asuntos políticos, cada vez más acaparados por los “expertos” y la dominación de la “nueva clase” impide, en realidad, la democratización del conocimiento”. E. MORIN (2001:136-137).

Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos del Estado y del Mercado, no somos seres aislados, vivimos en relación con los demás y continuamente cambiamos nuestra forma de estar y nuestras ideas o construimos nuevas ideas porque nos estamos continuamente relacionando. Para pasar de sujeto individual a sujeto colectivo, no se trata de trabajar con suma de individuos, ni siquiera con suma de colectivos, no es trabajar con asociaciones ni siquiera con colectivos estructurales (inmigración, mujer…), no es que l@s técnic@s dejen opinar ni siquiera que escuchen, no es que todo lo que se diga en un grupo esté bien, ni mal, sino que se trata de trabajar enredando y enredándose entre los cultivos sociales y desempoderándose individualmente para construir colectivamente.

Desde el ilusionismo social, lo que se pretende es trabajar con y desde la gente, para ello lo importante es sumergirse en las propias construcciones y manifestaciones culturales para poder complejizarnos desde el recurso creativo que supone las culturas populares.

Los saberes se construyen como la almazuela: se entreteje lo viejo y lo nuevo y se le va dando diferentes funciones, no es diseño sino costura, así que si luego no te sirve lo puedes desunir y construir algo nuevo uniéndolo a otros retales para hacer algo que te hace falta en ese momento, compartiendo y construyendo colectivamente. Todo lo contrario de lo que hacen por ejemplo l@s grandes diseñador@s, como con la moda “homeless”, se roban los diseños, las ropas, las formas de llevarlas... de las culturas populares, y se le pone una autoría. El autor hace una apropiación cultural, traicionando al no poner en valor esos conocimientos que ha adquirido en relación con otras personas.



EN LA VIDA COTIDIANA SE ENTRELAZAN LA CULTURA DE MASAS, LA CULTURA OFICIAL, LA CULTURA ALTERNATIVA Y LAS CULTURAS POPULARES

Para ir aclarando términos deberíamos diferenciar entre cultura oficial, cultura de masas, cultura alternativa y culturas populares. Como plantea Mª Dolores JULIANO (1992:7), “cultura oficial (...): caracterizada por su capacidad para realizar elaboraciones de gran alcance (por ejemplo, sistemas científicos o filosóficos) y su condición normativa. Recibe y estructura aportes individuales (sabios, artistas). Establece los patrones estéticos, legales, religiosos y económicos que dirigen la actividad de los demás sectores. Tiene poder de decisión y goza de prestigio.

Cultura de masa: está basada en la producción y el consumo estandarizados. Responde a pautas fijadas internacionalmente y se apoya en relaciones impersonales. (...) la cultura de masa carece de existencia autónoma así como de los niveles mínimos de organización interior”, se caracteriza por la producción de “paquetes culturales”.

La cultura alternativa puede: estar con el Estado; trabajar para generar un Estado alternativo; estar con el Mercado; trabajar para generar un Mercado alternativo; estar en un no Mercado o un no Estado, siendo esta cultura alternativa la que se aproxima a las culturas populares. Lo alternativo construye a partir de nuevas mediaciones sociales deseadas intentando evitar lo existente aunque muchas veces lo toma desestructurado para poder construir nuevos mundos en los márgenes de lo actual o de lo dominante.

Las culturas populares están basadas en las relaciones interpersonales, colectivas, y con el medio. Se generan en espacios y tiempos concretos generalmente a escala local y vecinal. Sus cosmovisiones reflejan, al mismo tiempo, el rechazo y la aceptación de las culturas oficial y de masas. Este equilibrio inestable puede provocar su desaparición o absorción por parte de estas últimas. Además, no hay que olvidar que las culturas populares entrelazan las corrientes estructurales de etnia, clase social y culturas del trabajo, género y edad; y este entrelazar las enriquece y diversifica.

Mientras la cultura de masas se “apropia” de elementos de las culturas populares hasta aculturizarlas y alienarlas, etiquetándolas de “popular” y convirtiéndolas en “producto-tipo” a consumir... las culturas populares trabajan desde, con y para las culturas populares, a veces, tomando también medios/formatos “de” la cultura de masas como herramientas de dinamización y transformación, rompiendo así el monopolio de los medios en manos de los poderes estatales y del mercado y dando un uso diferente a esos medios.

No podemos hablar de las culturas populares en singular, porque no hay una cultura popular, sino muchas y diversas culturas populares. Como bien dice Jesús MARTÍN-BARBERO (2007:86), “lo popular no es homogéneo, y es necesario estudiarlo en el ambiguo y conflictivo proceso en que se produce y emerge hoy”. Así lo que podemos decir, es que existen unas propiedades diferenciadoras, particularidades, peculiaridades, características, en definitiva: unos puntos, que son los que estamos desarrollando y que nos acercan a las culturas populares como una forma de entender, sentir y hacer las cosas.

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