miércoles, 24 de febrero de 2016

Desempoderamiento, Educación y Complejidad

El miércoles, 24 de febrero, Desempoderamiento, Educación y Complejidad: Viviendo la Construcción de Procesos Educativos Centrífugos. de 10:00 a 14:00 en Casa Libertad, Aula 214. Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Plantel Casa Libertad. Calzada ermita Iztapalapa 4163, Col. Lomas de Zaragoza, Iztapalapa, Ciudad de México. Información e inscripciones (entrada libre): laticfm@gmail.com



Comenzaremos leyendo algunos textos extraídos del libro Desempoderamiento, Educación y Complejidad. Tras la lectura, habrá un debate en grupo y después del descanso veremos el vídeo "Desempoderamiento educativo: De la escuela a la comunidad" y el vídeo "Desempoderamiento educativo: La comunidad". A partir de ahí, no sabemos qué va a ocurrir: incertidumbre, caos, incompletitud, imperfección... que se irá definiendo con las personas participantes.




TEXTOS:

EL DESEMPODERAMIENTO EDUCATIVO

El tema del desempoderamiento educativo es un tema que tampoco es tan difícil de entender, otra cosa es que queramos o no queramos trabajarlo, o que nos duela perder parte de nuestro poder, pero podríamos decir que de forma general sería: que allí donde tengamos algún tipo de poder, debemos hacer dejación de él. Así, hay estudiantes que tienen poder sobre otr@s estudiantes; están l@s profesor@s que tienen poder sobre el conjunto de estudiantes; está la dirección del centro que tiene poder sobre el conjunto de profesor@s, estudiantes, personal de administración y servicio; está la escuela que tiene poder o tiene profesionalizada la educación con respecto a la comunidad; está la administración educativa que tiene poder sobre la comunidad y sobre los centros educativos... Eso en líneas generales, luego en lugares concretos a lo mejor hay una asociación de madres y padres que tiene poder dentro de un centro, o hay algun@s profesor@s que tienen un lobby, o hay una institución privada que financia y tiene poder... Justamente, lo que hay que trabajar es cómo hacer dejación de poder en cada uno de los ámbitos.

Y no es que haya que desempoderarse en todos los sitios o que se desempodere todo el mundo o si no no se puede hacer, sino realizarla en el sitio donde estemos. ¿Por qué? Fundamentalmente sería porque de esta manera vamos horizontalizando las relaciones, vamos a poder hablar con el resto de la gente que está en nuestro entorno de igual a igual, no de arriba-abajo, o vamos a ir haciendo que eso pueda ir ocurriendo, y por el otro lado, ese mismo proceso va a propiciar que se pueda construir colectivamente el conocimiento, las acciones, los sentimientos que se provocan en esas acciones, y nos enriquezcamos mutuamente todas las personas que convivimos en esta comunidad.

El desempoderamiento educativo une, en el ámbito educativo, la teoría del desempoderamiento con sus ocho pilares (cuidados, libertad, construcción colectiva, confianza, interdependencia y autonomía, alegría, decrecimiento y esperanza) con las formas de trabajar del ilusionismo social, que no es otra cosa que Lo que llamamos ilusionismo social: es una forma de hacer que se basa en la dimensión dialéctica, tiene como punto de partida las metodologías participativas (especialmente la IAP) y se desarrolla en el trabajo con las culturas populares. Como eje central tiene la dinamización y generación de mediaciones sociales deseadas en los espacios y tiempos cotidianos; para ello hay que trabajar con y desde la gente, moviéndonos desde la seguridad de lo posible hacia la esperanza de lo imposible, mediante la autogestión de la vida cotidiana. Sin poder diferenciar el pensar y el sentir, la acción y el conocimiento, el reconocimiento y el aprendizaje de todos los saberes.

Lo que se busca en la escuela dominante es perpetuar en el tiempo unos contenidos determinados y unas formas de relación, y con ese fin, se valora lo simple, la repetición repetitiva, tanto en los contenidos como en las relaciones, porque los contenidos se refieren a conocimientos básicos, reglados, normalizados, estandarizados... y las relaciones, al ser dirigidas, son finalistas. Esa forma de plantear el conocimiento hace que la escuela se apoye en la repetición repetitiva como estrategia del Estado y del Mercado para tener ciudadan@s y trabajador@s dóciles, adaptad@s, intercambiables y polivalentes, lo que obliga a ceñirse a un curriculum. Este modelo es tendente a reducir la creatividad y el pensamiento divergente y crítico como consecuencia de intentar cumplir el objetivo fundamental.

Se pone el énfasis en el desarrollo de la autonomía como individualización, no en relación con la interdependencia, que se ve como algo negativo. La medición de los aprendizajes se establece de forma individual en relación a los estándares predeterminados en el curriculum, se mide la proximidad de cada persona al nivel estandar esperado y se establecen ayudas específicas para aquellas personas que no alcanzan ese nivel o que lo alcanzan “demasiado rápido”. Se trata continuamente de ajustarse a los objetivos determinados a priori y el eje de la evaluación está en el rendimiento individual como forma de alcanzar la máxima autonomía. La discriminación es una parte sustancial de la escuela.

Lo que habría que hacer es poner en relación a toda la comunidad provocando encuentros donde se pongan en valor los pensares, sentires y haceres de cada persona y/o grupo; es decir, anteponer las formas de relación a los contenidos, sin que estos desaparezcan sino construyéndolos a partir de entretejer saberes populares y conocimientos científicos. Se debe comprender que la educación no es patrimonio de la escuela, ni de la universidad, sino que en el barrio, pueblo o ciudad donde se ubica el centro educativo hay otros espacios educativos no formales con los que hay que establecer intercambios horizontales, de igualdad, sacando la escuela hacia esos colectivos e invitando a los mismos a que participen en la labor docente dentro de la escuela.


ESCUELA CENTRÍPETA Y ESCUELA CENTRÍFUGA

“La creencia de que el especialista y su lógica puede prevalecer algún día sobre la lógica de los intereses económicos y sobre la lógica de los intereses políticos, la creencia de que el conocimiento, el saber, la cultura pueden aparecer en estado puro y pueden autonomizarse del campo económico y del campo político y pueden contradecirlos en su esencia (creencia cultivada y racionalizada, entre otros, por un sector de intérpretes weberianos), no solo supone una apuesta perdida de antemano, sino que, actualmente, constituye precisamente el planteamiento necesario para despejar de obstáculos el desenvolvimiento de la lógica propia de estos últimos campos.
En definitiva, reduciendo el problema del sistema de desigualdad entre ciertas posiciones sociales básicas, las clases, a un problema de diferenciación gradacional entre una suma de individuos; planteándose exclusivamente la cuestión de la justa selección y distribución de estos en un abanico de puestos y funciones determinado por las necesidades del proceso de división técnica del trabajo; llevando a cabo esa tarea de selección y distribución en nombre de las aptitudes ‘naturales’, el sistema de enseñanza tecnocrático no hace sino, al precio de ‘mejorar’, no teórica sino realmente, las condiciones técnicas y éticas del reparto de papeles, legitimar y consagrar la existencia y la reproducción de ese sistema de desigualdad entre esas posiciones básicas que son los grupos o clases."
Carlos LERENA (1989:136-137).

La escuela simplifica (porque es su forma de atrapar, usando las fuerzas centrípetas). Solo ve dos tipos de pobreza: la pobreza de entendimiento y la pobreza de subsistencia, y oculta todas las demás: protección, afecto, participación, ocio, creación, identificación, libertad... Siguiendo la analogía de estas fuerzas, la escuela centrípeta gira hacia dentro, atrapa lo que encuentra fuera de la escuela y lo mete dentro de su ámbito de fuerza. Incluso en su versión más alternativa, como por ejemplo las comunidades de aprendizaje, toman lo que rodea a la escuela y lo introducen como elemento escolar (historias del pueblo, habilidades o ideas de l@s vecin@s o familias...) para seguir manteniendo el círculo, llevando las relaciones siempre hacia adentro. La escuela centrípeta lo que hace es uniformizar, crear como un desierto cultural a su alrededor, poniendo a la Escuela como centro de la cultura. Y esto lo encontramos en escuelas de titularidad pública, en escuelas de titularidad privada, en escuelas de titularidad privada individual, en escuelas de titularidad privada grupal, en escuelas concertadas, en escuelas no concertadas, en escuelas libres…

Para preservar la diversidad cultural y social, la diversidad de pensamientos, sentires y haceres, habría que ir hacia una escuela que use las fuerzas centrífugas, una escuela común, para trabajar huyendo del centro y permitiendo que las cosas se escapen hacia afuera, de forma que lo que surge en la escuela se comparte en la comunidad, abriendo para abrir, y al estar abierto, permitir también el influjo de la comunidad hacia dentro de la escuela. La escuela centrífuga es la que habría que potenciar, ya que hace que los conocimientos de la escuela circulen en la comunidad sin que la escuela tenga centralidad, convirtiendo a la escuela en un espacio más de la comunidad. Y esto ya se está haciendo en escuelas de titularidad pública, en escuelas de titularidad privada, en escuelas de titularidad privada individual, en escuelas de titularidad privada grupal, en escuelas concertadas, en escuelas no concertadas, en escuelas libres…

Fuerza centrífuga y fuerza centrípeta. Fuente: Dr. Infierno

En realidad, no estamos hablando ni de una escuela pública ni de una escuela privada, no estamos hablando de quién es el dueño de la escuela, sino de quién la usa y cómo. Y por eso apostamos por una escuela común, común de comunitario, donde la comunidad use los espacios existentes relacionándose de igual a igual, creando y construyendo colectivamente, provocando identificaciones que posibiliten el seguir generando culturas populares que puedan mezclarse con otro tipo de conocimientos, tanto locales como supralocales.

Con estas dinámicas centrífugas, usadas desde el común, podemos poner en valor lo oral, sus complejidades que dejan de tratar el habla como “comunicación” y pasan de comprender el mensaje a comprender al hablante, a la gente. Es decir, poner en primer plano las formas de relación y que las estructuras lingüísticas y sus contenidos queden en un segundo plano como herramienta para que la gente pueda darle uso. Las alógicas de la oralidad, de las culturas populares, caminan en la espiral de encontrar en el pasado formas de vida que nos ayuden a comprendernos en nuestro presente, posibilitándonos la reproducción ampliada de la vida cotidiana desde la que podamos construir nuevas cosmovisiones que nos ayuden a transformar el futuro próximo, sin renunciar a la vida (pasada, presente y futura). Posibilitan así, la autogestión de la vida cotidiana.

martes, 23 de febrero de 2016

Una sesión sobre Sociedad del Espectáculo o Vídeos Participativos en el FARO de Oriente

El martes 23 de febrero Sociedad del Espectáculo o Vídeos Participativos, de 15:45 a 18:45 en el FARO de Oriente, La Residencia, Calle Ignacio Zaragoza s/n, Col. Fuentes de Zaragoza. Información e inscripciones (entrada libre): laticfm@gmail.com



Comenzaremos leyendo algunos textos extraídos de artículos de Javier Encina, Mª Ángeles Ávila y UNILCO-espacio nómada sobre comunicación y participación en lo cotidiano. Tras la lectura, habrá un debate en grupo y después del descanso veremos el vídeo "Vídeos participativos para la construcción colectiva: memoria y situaciones". Este video ha sido seleccionados para el CityVideoFest, a pesar de su evidente falta de calidad técnica (por falta de medios y pericia); ¡¿tendrá otras cualidades?!!!!

A partir de ahí, no sabemos qué va a ocurrir: incertidumbre, caos, incompletitud, imperfección... que se irá definiendo con las personas participantes.




TEXTOS:

Es esta sociedad del espectáculo, en la que vivimos, la que cambia los sentidos por el signo, al que convierte en contenido; y lo eleva por encima de cualquier otra cosa, parafraseando a Antonio MANDLY, esta sociedad convierte la profundidad de la vida en superficie del objeto, el deseo/seducción en posesión, los ámbitos de la comunidad en recursos, el género (vernáculo) en sexo (económico), la política en pragmática, la voluntad popular en voluntad mayoritaria y ranking de audiencia, y el mundo en que se habla (formas de relación) en el mundo del que se habla (contenido).

Frente a esta sociedad del espectáculo, podemos decir que las culturas populares son el último paraguas que resiste con coherencia a la globalización. Gran parte del movimiento alternativo antiglobalización se ha globalizado y se ha convertido en una alternativa que juega en este mismo plano, utilizando muchas de sus lógicas y principios; corriendo el peligro de olvidar -parafraseando a Boaventura de Sousa SANTOS- que la resistencia a la opresión es una tarea cotidiana, protagonizada por gente anónima, fuera de la atención mediática...

Para que haya la oportunidad de crear es necesario el desempoderamiento: tú puedes con una parte y la otra persona también, así aparece la oportunidad de transformación. La sociedad del espectáculo promueve el empoderamiento, que es algo que atrae a nivel psicológico ya que tú controlas tu persona, eres quien eres dejando fuera la posibilidad de intercambiar nada.

La apelación al nosotr@s es la que intenta ser eliminada por la sociedad de consumo mediante la simplificación, la manipulación y la personalización, buscando la identificación de los individuos con los modelos de la cultura de masas donde el nosotr@s (construido colectivamente) pasa a ser un yo socializado (utilizando la familia como catalizador), o sea un individuo que al mismo tiempo que se siente único se reconoce (a través del consumo) como miembro de los no excluid@s socialmente. Es por eliminar este nosotr@s por lo que la tecnocracia abandona el discurso ideológico, y abandera el ideal científico-técnico que promete como horizonte la liberación del individuo; arropado por la cultura de masas que hace trascender lo cotidiano de forma desestructurada y vertical. Frente a esto, cuando lo cotidiano trasciende a través de sus propios cultivos sociales, y su forma de apropiación es horizontal, nos encontramos con las culturas populares y sus formas ambivalentes y descentradas de construcciones alternativas.

Una comunicación, así concebida, frente a la concepción clásica que se tiene del proceso y producción comunicativa, ha de convertirse en el lugar mismo de los procesos de transformación, no como un elemento accesorio o un mero instrumento al servicio del cambio,  apostando por los diálogos y por los procesos educativos que se activan en el mismo acto comunicativo. Esto pasa por conciliar los modos alternativos de comunicación con los modos populares y, por tanto, implica huir del pensamiento confrontativo que comprende la realidad de manera dicotómica, en blanco o negro y consecuentemente una comunicación buena y auténtica, frente a otra mala extranjerizante. Significa, por todo ello, no abandonar a toda costa lo masivo, aprovechar su potencialidad como mediador social desde los tiempos y espacios cotidianos.  Esto supone no descuidar las formas de comunicar, aprovechar las estéticas y las narrativas usadas por la cultura masiva que permiten que el goce y la comunicación se produzcan, frente a la obsesión por el contenido como lo único imprescindible del mensaje.

En los procesos de construcción colectiva ninguna comunicación puede ser impuesta, sino deseada, y este deseo debe llevar consigo el desempoderamiento. Jesús MARTÍN-BARBERO plantea precisamente que sean los grupos y las clases oprimidas o dominadas las que tomen la palabra con el fin de transformar la forma opresora o dominante de la comunicación: es decir, – como bien expresa de VIDAL BENEYTO– que lo alternativo devenga forzosamente en lo popular para no convertirse en máquina de dominio. Esta reflexión no puede sino emerger de la propia crítica a las estructuras dominantes de producción de información que bajo el concepto de mercancía determinan los modos de comunicación.

El punto de arranque para la puesta en valor y reinvención de la vida cotidiana es la recuperación de experiencias, la autogestión de vivencias y la reconstrucción de la memoria; y para ello es importantísima la comunicación y las formas de expresión oral. Punto de arranque y primer freno a la colonización de la vida cotidiana. A partir de aquí, hay que poner en juego las habilidades colectivas unidas a los sentidos de sensibilidad y oportunidad; para saber en cada momento hacia donde cerramos para abrir, porque si cerramos para cerrar fomentamos la fosilización, y si abrimos para abrir fomentamos los valores de la cultura de masas.

FORMAS DE PARTICIPACIÓN


Si queremos empezar un proceso de participación en el que "se cuente más con la gente", debemos pensar que no somos las primeras personas a las que se nos ocurre algo así. Las formas en las que se han hecho procesos de participación se pueden resumir en tres:
  • La primera sería trabajar por y para quien nos paga o por y para nuestra asociación o partido (para quien nos envía). No tenemos que preguntarnos nada, ni trabajar con nadie; sino hacer los que nos han mandado, o cumplir los objetivos que nos han marcado o nos hemos marcado previamente.
En el fondo, nos acercamos a la gente para conseguir algo de la gente (información, dinero, atención etc.). Ejemplos: trabajar haciendo encuestas para una empresa multinacional (o para cualquier institución estatal) o un informe etc., pegar carteles de nuestro partido para las elecciones o recaudar dinero para nuestra asociación (OSC, ONG, IAP etc.) con el cual erradicaremos el hambre en el mundo.
  • La segunda sería trabajar por y para la gente. No tenemos porqué preguntarnos nada que no esté ya contestado por nosotr@s mism@s o en los objetivos, ni trabajar con nadie que no esté en nuestro círculo o en el plan de acción. Lo que tenemos que hacer es conocer qué necesita la gente y dárselo.
En la práctica haríamos básicamente lo mismo que en la primera forma, pero al hacerlo lo haríamos "pensando en la gente", queriendo aportar algo.

Ejemplos: hacer un diagnóstico de las "necesidades" y tras nuestro análisis montar un comedor social para l@s pobres de nuestra comunidad, hacer un plantón o huelga de hambre para que el gobierno cambie su política con respecto a la falta de empleo.
  • La tercera sería trabajar con y desde la gente. Tenemos que trabajar con la gente para que sea la protagonista de su propia vida cotidiana (vida diaria), para que la autogestione (la maneje por sí misma) y a partir de ahí, vaya construyendo cómo quiere que sea su colonia, su pueblo, su unidad habitacional (de forma dialéctica : proponiendo, debatiendo colectivamente y llevando a cabo, en grupos, las diversas propuestas decididas). 

domingo, 21 de febrero de 2016

Una sesión sobre Historias Orales e Ilusionismo Social en Ciudad de México

El próximo lunes 22 de febrero Historias Orales e Ilusionismo Social, de 17:30 a 20:30 en Casa Libertad, Auditorio 1. Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Plantel Casa Libertad. Calzada ermita Iztapalapa 4163, Col. Lomas de Zaragoza, Iztapalapa, Ciudad de México. Información e inscripciones (entrada libre): laticfm@gmail.com


Comenzaremos leyendo un extracto del artículo que puede descargarse en este enlace. Tras la lectura, habrá un debate en grupo en el que se construirán historias orales colectivas.

TEXTO:

De cómo trabajar las historias orales desde el ilusionismo social

Javier Encina, UNILCO-espacio nómada. Sevilla.

¿Para qué sirven las historias orales?
Cuando nos preguntamos ¿para qué sirven las historias orales?, no cabe otra respuesta que la de Gustavo en “La estrategia del caracol”: ¡pa’ la dignidá’ ¡pa’ la dignidá’ nuestra!; tras esto se retiran los medios de comunicación de masas... Tal vez sea el momento de poder empezar a trabajar desde nuestras propias inquietudes.

A la hora de trabajar cualquier proceso de participación debemos tener en cuenta tres aspectos fundamentales:

Nuestra acción no debe centrarse en la toma del poder (ya sea de forma en que una vanguardia promueve la insurrección, o en que una vanguardia organiza un partido y gana las elecciones), ni en el empoderamiento (que al fin y al cabo es una toma de poder, habitualmente en el marco de las lógicas dominantes); sino en la autogestión colectiva del poder con el horizonte utópico de su disolución, en el desempoderamiento. La autogestión nos cambia la mirada desde la toma del poder al poder hacer/pensar/sentir, lo que implica saberes, habilidades y quereres. Además, siempre hace referencia a una dimensión colectiva que parte del flujo social, del hacer/pensar/sentir de otr@s y con otr@s.

Para ir construyendo la autogestión colectiva del poder es necesaria en primer lugar la resistencia, tanto en el nivel de oposición/conciencia, como en el de interacción creativa. En segundo lugar es necesaria la ruptura que abra hacia la innovación, que de lugar a nuevas propuestas que provoquen renunciar a la identidad y potenciar las identificaciones. Y en tercer lugar, cauces de participación que den forma a la oposición/interacción/innovación que tendrán que construirse en el proceso, fruto de las diversas acciones que se vayan realizando.

Desde las historias orales se pueden  trabajar, sin posibilidad de separarlos:



¿Qué son las historias orales?
Una de las herramientas-técnicas que usamos en los procesos de ilusionismo social; son aquellas herramientas que además de responder al ¿cómo vamos a hacerlo?, pueden abrir hacia otras posibilidades. Se caracterizan por su posible transversalidad, con ellas se puede hacer un recorrido a lo largo de todo el proceso.

Las historias orales no son las historias de las personas que no saben escribir, son las historias de las que, por su posición asimétrica con respecto al poder, sólo pueden transmitir sus historias verbalmente; son las historias de las personas desposeídas por no tener dinero, por no ejercer el poder político, por no pertenecer al género, la edad o la cultura dominante...

Las historias orales son las historias de la mayoría social a la que aún no han podido robarle el conocimiento, los recursos y las formas de transmisión de las narraciones orales. Al tener un soporte tecnológico descentrado facilitan la resistencia, el ser autogestionadas, y el poder ser apropiadas fácilmente por la gente. En palabras de Emmanuel LIZCANO (1984:10) “que la escritura tenga un bien ganado prestigio por el impulso que haya podido dar a la ciencia, que quien esto escribe saque de ella no sólo sustento sino hasta placer físico, no autoriza a nadie a desertizar el suelo de las culturas orales. No tendrán escritura, pero tienen otros logros de los que nosotros carecemos, y –que yo sepa- nunca han emprendido campañas de oralización que llevaran a la hoguera nuestros libros como formas de superstición e incultura. Gentes de letras y gobierno: las culturas del verbo no habitan tan solo en continentes lejanos. Gitanos y euskaros, gallegos y andaluces, nuestros propios críos y hasta los abismos inconscientes que anidan en cada uno de nosotros, tan letrados, tienen su palabra. Como sabía Juan de Mairena, aún ‘es muy posible que, entre nosotros, el saber universitario no pueda competir con el folklore, con el saber popular’. ¡Dejadles, dejadnos, dejémonos en paz”.

O como nos plantea Hans Magnus ENZENSBERGER (1986:7) “nunca se trató de allanar el camino a la cultura escrita y mucho menos aún de liberar a los hombres de su minoría de edad. El progreso del que se hablaba era un asunto muy diferente. Consistía en amaestrar a los analfabetos a la más baja entre las clases de hombre, en arrebatarles su fantasía y su obstinación para, en adelante, no explotar solamente la fuerza de sus músculos y la habilidad de sus manos, sino también su cerebro”.

Pensar que la historia escrita es la Historia objetiva, y las historias orales son percepciones subjetivas de cada entrevistado, es no conocer el papel que ha tenido la Ciencia dominante en los últimos dos siglos. Es desconocer su estrategia de crear una única Historia Global, cuya explicación sería la racionalidad humana, dejando de lado las discontinuidades, los espacios de no progreso, y la posibilidad de repensar el pasado (puesto que objetivamente es algo acabado).

La lógica dominante es descubrir, o sea buscar y explicar desde el presente dominante los acontecimientos del pasado, encajándolos en la racionalidad dominante del presente, para dar sentido de progreso y globalidad.

Las alógicas de las historias orales es encontrar en el pasado formas de vida que nos ayuden a comprendernos en nuestro presente, posibilitándonos la reproducción ampliada de la vida cotidiana desde la que podamos construir nuevas cosmovisiones que nos ayuden a transformar el futuro. “Al menos en esto no desbarró Pablo de Tarso: la letra mata, el espíritu da vida. Letra que es ley, abstracción, burocracia y planificación: sumisión de la posible vida indefinida a una norma fija, intemporal, que diría García Calvo. Espíritu que es, para todas las culturas del verbo, soplo, oralidad, expulsión de aire en un pronunciar que crea. En su modo oral, la lengua es órgano y palabra, liga ‘lo fisiológico y lo psicológico (y lo lógico), da primacía al ritmo y a la pausa, subordina lo oratorio a lo respiratorio, la representación a la acción, la idea a la emoción’, en expresión de Duméry. En ella, hasta el silencio es elocuente” (Emmanuel LIZCANO, 1984:10).

Las historias orales son tan antiguas como la capacidad de comunicarse de la especie humana... Siempre se hace referencia a que los primeros historiadores (Herodoto, Tucídides, Polibio, etc.) no sólo buscaban evidencias documentales, sino que las contrastaban y completaban con los testimonios orales. Pero desde la historiografía contemporánea se fueron encasillando las historias orales a contextos donde las culturas orales eran el eje de la producción y transmisión de conocimientos.

Sobre todo a partir del siglo XIX las fuentes escritas pasaron a ser el material exclusivo de los historiadores, potenciando la historia política y de los grandes acontecimientos: la Historia única de los grandes hombres (la Historia de la Humanidad). Las historias orales quedaron en manos de los antropólogos indigenistas y de los aficionados locales. La Historia busca su carácter científico en el uso y análisis exclusivo de fuentes documentales. La irrupción de la perspectiva cualitativa en la Historia hace volver la mirada hacia lo social. Así, a partir de los años cuarenta (con la generalización de la grabadora) comienzan a constituirse en las universidades de los EEUU, grupos de investigación sobre historia oral: de un carácter archivístico y empírico, su preocupación principal era registrar voces y construir archivos.

En Gran Bretaña surge, en los sesenta, una historia oral que tiene por objeto la historia social de los trabajadores, de las minorías étnicas, de las mujeres,.... De aquellos grupos usualmente olvidados por el registro de la Historia. En los países mediterráneos y escandinavos este carácter social se complementa con lo local y con lo popular.

En España, esta corriente no tiene su boom hasta la muerte del dictador Franco (1975). Durante lo que se ha dado en llamar la Transición se vuelve la mirada hacia el movimiento obrero, la Segunda República y la resistencia antifranquista, lo que obliga a la utilización de fuentes orales, pero el nuevo orden democrático se encarga de que pierda sentido el historiador comprometido, al igual que el cantautor, el pintor del pueblo, el cura obrero... Y así, hacia finales de los ochenta estas figuras han quedado como una moda pasajera, volviéndose a construir la Historia desde el postulado cientifista de los documentos son nuestra única fuente de conocimiento. Olvidándose de la propuesta de Daniel BERTAUX (1977:29) “la recopilación de narraciones de vida no es una técnica. Es mucho más. Es un nuevo enfoque sociológico y este enfoque crea gradualmente la necesidad de revaluar todos los otros aspectos de la praxis y el método sociológico actuales”.

Las historias orales liberan las voces de los sujetos, poniendo en cuestión el pretexto de la objetividad y la tendencia de “cosificar lo que está vivo y estructurar lo que es conflicto y contradicción” (Daniel BERTAUX 1979:25); obligándonos a pensar en abandonar las metodologías e ir construyendo formas de hacer que liberan el pensar/sentir/hacer de los sujetos individuales y/o colectivos; unas formas de hacer fronterizas, contaminadas y mestizas que esté en continua adaptación a los procesos sociales. Como plantea F. ELEGÖET (1978:9) “que su lógica interna surja a través de las prácticas y las representaciones de sus actores”, potenciando así nuevas mediaciones sociales que sirvan para el enriquecimiento de los propios procesos sociales. Como plantea Martine BURGOS (1993:163) “creo que las historias de vida son el mejor material –y tal vez el único- sobre el cual se puede basar la investigación de la manera en que el individuo construye su autoimagen social como producto viviente de la interacción de diversas clases de tensión”.



¿Cómo hemos hecho las historias orales?
Haciendo un esfuerzo de sistematización, aunque no nos guste, podríamos identificar cinco momentos:
Momento 1, entrevistas.
Momento 2, elaboración del borrador de las historias orales (de las historias de la gente no de los territorios).
Momento 3, lectura del borrador a los entrevistados y debate en talleres.
Momento 4, elaboración definitiva.
Momento 5, difusión.

0. Es conveniente saber algo de historia del pueblo, mediante algún informante o en su defecto alguna historia escrita.

1. A la hora de seleccionar a las personas a entrevistar hay que tener en cuenta varias cosas:

  • Matriz social: 

- Debe de entrevistarse a personas de los diversos segmentos de clases sociales, de las diversas culturas del trabajo, de las diversas culturas relacionales (etnia, edad...) y de los diversos géneros.
- Diversidad espacial: que estén representadas las distintas divisiones del pueblo (pueden ser barrios, puede ser arriba y abajo, de un lado o de otro de un río o de una carretera, etc.)
- Identidad de adscripción: pertenecer a una hermandad, a un equipo, a veces a tendencias políticas y religiosas.

  • El tipo de entrevista debe ser abierta, con una primera pregunta general que abra el discurso del entrevistado, y con los sentidos de sensibilidad, creatividad y oportunidad ir completando la historia mediante preguntas “no directas” del tipo ¿en este pueblo no se jugaba?
  • Hay que tener en cuenta que el momento de la entrevista mezcla tres situaciones: 1) el recuerdo de lo vivido; 2) la situación actual del entrevistado; 3) la propia situación de la entrevista. Es muy importante comprender bien estas tres situaciones para sacarle el mayor partido a la entrevista.

2. Cuando tenemos todas las entrevistas hacemos un borrador; en las historias orales de Pedrera (1997), de Las Cabezas de San Juan (2001) y de Olivares (2009), nos ha servido hacer cuatro grandes bloques:

  • Uno que giraría en torno a las historias que nos han contado nuest@s mayores (que sólo se desarrolló en Pedrera).
  • Los otros tres bloques girarían en torno a lo que hemos vivido y los estructuramos en torno a la casa, la calle, y las formas de poder institucional; aunque, claro está, caben otras muchas formas de estructuración teniendo en cuenta la diversidad de temas que podemos trabajar usando como excusa las historias orales.

3. Reunimos a las personas entrevistadas en talleres de debate, normalmente dividiéndolas en torno a los temas que más han hecho referencia. En el taller se va leyendo el borrador y debatiendo cada epígrafe, así se va completando.

4. Una vez acabados los cuatro o cinco talleres (o los que hagan falta) se elabora la versión definitiva.

5. Se hacen encuentros entre l@s narrador@s y otra gente del pueblo, (así sólo se hizo en Las Cabezas de San Juan; en los otros lugares fueron l@s coordinador@s los que asumieron este papel), bien en espacios de sociabilidad, o centros educativos... para divulgar las historias y provocar nuevas acciones.

Una sesión sobre ¿Saberes populares vs. conocimiento científico? (Diálogo de Saberes en la UACM)

El próximo lunes, 22 de febrero ¿Saberes populares vs. conocimiento científico? (Diálogo de Saberes) de 11:30 a 14:30 en Casa Libertad, Auditorio 1 (Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Plantel Casa Libertad. Calzada ermita Iztapalapa 4163, Col. Lomas de Zaragoza, Iztapalapa, Ciudad de México). Información e inscripciones (entrada libre): laticfm@gmail.com



Comenzaremos leyendo algunos textos extraídos de artículos de Javier Encina, Mª Ángeles Ávila y UNILCO-espacio nómada sobre espacios y tiempos cotidianos, culturas populares e ilusionismo social. Tras la lectura, habrá un debate en grupo y después del descanso veremos el vídeo "Congreso de Comunicación Popular UNLP (Ponencia de Omar Rincón)". A partir de ahí, no sabemos qué va a ocurrir: incertidumbre, caos, incompletitud, imperfección... que se irá definiendo con las personas participantes.


Congreso de Comunicación Popular - UNLP (Ponencia de Omar Rincón) from ILUSIONISMO SOCIAL on Vimeo.


TEXTOS:

Si lo pensamos/sentimos/hacemos, de lo primero que nos damos cuenta es que hay lugares en los que tenemos marcados unos horarios y un solo uso: una empresa, un colegio, cuando vamos de visita a una casa, los centros comerciales, etc. Estos lugares son territorios porque: se les marca el uso (por ejemplo cuando un padre dice "en mi casa mando yo", cuando un maestro nos expulsa de clase, cuando la policía nos echa de un lugar público) y tienen horario, no podemos usarlos cuando queramos (por ejemplo l@s niñ@s van a la escuela de 8 am a 2 pm). Este tipo de lugares empobrece las relaciones, que tienden a convertirse en consumo y/o espectáculo (donde hacemos lo que nos mandan y/o somos meros espectadores); mientras más lugares se vayan definiendo así (y muchos espacios públicos se están convirtiendo en esto), más pobres e interesadas (instrumentales) serán nuestras relaciones.

En cambio, hay lugares donde se hacen muchas cosas diferentes, ya sea porque varias personas lo usamos en forma diferente (por ejemplo: un parque), o porque el mismo grupo hace en ellos diversas cosas (por ejemplo, un tianguis): a estos los llamamos espacios, y si seguimos fijándonos vemos que las actividades no vienen marcadas por un horario fijo, sino que podemos entrar y salir a lo largo del día o de la noche, esto es lo que llamamos tiempos (relacionarnos en el tiempo a diferencia de ceñirnos a un horario). Lo importante aquí serían las formas de relacionarse de las personas; la gente intentamos convertir los horarios en tiempos y los territorios en espacios (por ejemplo, cuando en clase hablamos con nuestr@ compañer@ de otra cosa diferente a la materia que se imparte, cuando en el trabajo nos preocupamos por la salud de otr@ compañer@, cuando vamos a un centro comercial a charlar o a pasear en lugar de ir a comprar...). Querer que la gente sea protagonista de su vida cotidiana significa darnos cuenta de que queremos crecer como personas a través de las relaciones con l@s demás, encontrándonos unas personas con otras, y así todas las formas posibles de enredarse. Esta es la manera en que la gente damos respuesta ("satisfacción") a nuestras necesidades, pudiendo construir así un desarrollo a escala humana.

Raúl ZIBECHI (2008) sitúa varias características para que los espacios sean espacios de participación, en los que los sectores populares producen su vida, sobrepasando a las grandes organizaciones burocráticas y jugando un papel destacado en las movilizaciones, y estas son:
  • Espacios horizontales hacia la autogestión colectiva y la no dependencia, sin jerarquías, sin dirigentes: “entre todos... todo”.
  • Espacios de diálogos constantes, intercambios, interacciones, interrupciones... en un clima cercano y de aparente desorden.
  • Espacios flexibles, cambiantes, autónomos, rebeldes, creativos, integrales e integradores de la diversidad, polifuncionales, sin estructuras fijas y separadas de la vida cotidiana, sin formas estables y consolidadas de división del trabajo.
  • Espacios que se despliegan de adentro hacia afuera, desde lo que ya existe en el mundo popular, evitando así la vida cotidiana reducida al espectáculo... 
  • Espacios potenciadores de la capacidad de hacer de los oprimidos, espacios-grietas abiertos por la resistencia de los oprimidos en el sistema hegemónico, espacios autónomos.
Frente a las culturas populares, el interés del Estado y del Mercado es territorializar, y lo hace con sus herramientas: la Escritura, la Cultura, la Escuela, la Nación… por eso son tan importantes y ocupan una parte central de nuestra vida los territorios y los horarios, que intentan colonizar la vida cotidiana; estamos asistiendo a un proceso que se caracteriza por la destrucción del tiempo vivido y construido. La territorialización de las culturas se produce con la división del espacio cotidiano, común, en espacio privado/espacio público, con lo que queda marcado un tiempo objetivado (horario) –igual para tod@s­, un espacio convertido en territorio, y unas personas que pasan de participar a mirar: de la construcción colectiva al espectáculo.

Parafraseando a E. MORÍN, la reducción -que provoca la dimensión estructural- consiste en unir lo que es diverso, de una manera arbitraria que anula esa diversidad. Es una forma de eliminar lo individual y singular, identificando leyes generales e identidades simples y cerradas; para construir la lógica del orden sobre el basurero del caos. Dicho por Raúl ZIBECHI (2007:67) de otra forma: “para cumplir con estos objetivos, la dispersión y la diferencia son aspectos a neutralizar, o mejor, a sustituir en un proceso de homogeneización. De ahí el hincapié en la inclusión y la integración, formas suaves de decir que lo que se busca es la anulación de la diferencia. En paralelo, aparece la búsqueda de institucionalización de modo que se llegue a una racionalidad administrativa, urbanística o incluso del movimiento social. Por racional se entiende la racionalidad estatal, nunca de los sujetos sociales a los que siempre se considera irracionales o, en términos de la izquierda política, espontáneos”.

La Ciencia dominante, que es la ciencia del orden, solo se adentra en el caos para alinear elementos... Una ciencia social debe impregnarse y repensarse desde el intercambiar con otras lógicas de pensamiento, sentimiento y acción, entrelazándose con los sujetos colectivos o en los cultivos sociales; y por lo tanto, sumergiéndose en la lógicas/alógicas, tiempos y espacios de las culturas populares.

“En el fondo, la fosa que se agranda entre una tecnociencia esotérica, hiperespecializada y los ciudadanos, crea una dualidad entre los conocientes –cuyo conocimiento es parcelado, incapaz de contextualizar y globalizar– y los ignorantes, es decir el conjunto de los ciudadanos. Así se crea una nueva fractura de la sociedad entre una “nueva clase” y los ciudadanos. El mismo proceso se da en el acceso a las nuevas tecnologías de comunicación entre los países ricos y los países pobres.
Los ciudadanos son rechazados de los asuntos políticos, cada vez más acaparados por los “expertos” y la dominación de la “nueva clase” impide, en realidad, la democratización del conocimiento”. E. MORIN (2001:136-137).

Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos del Estado y del Mercado, no somos seres aislados, vivimos en relación con los demás y continuamente cambiamos nuestra forma de estar y nuestras ideas o construimos nuevas ideas porque nos estamos continuamente relacionando. Para pasar de sujeto individual a sujeto colectivo, no se trata de trabajar con suma de individuos, ni siquiera con suma de colectivos, no es trabajar con asociaciones ni siquiera con colectivos estructurales (inmigración, mujer…), no es que l@s técnic@s dejen opinar ni siquiera que escuchen, no es que todo lo que se diga en un grupo esté bien, ni mal, sino que se trata de trabajar enredando y enredándose entre los cultivos sociales y desempoderándose individualmente para construir colectivamente.

Desde el ilusionismo social, lo que se pretende es trabajar con y desde la gente, para ello lo importante es sumergirse en las propias construcciones y manifestaciones culturales para poder complejizarnos desde el recurso creativo que supone las culturas populares.

Los saberes se construyen como la almazuela: se entreteje lo viejo y lo nuevo y se le va dando diferentes funciones, no es diseño sino costura, así que si luego no te sirve lo puedes desunir y construir algo nuevo uniéndolo a otros retales para hacer algo que te hace falta en ese momento, compartiendo y construyendo colectivamente. Todo lo contrario de lo que hacen por ejemplo l@s grandes diseñador@s, como con la moda “homeless”, se roban los diseños, las ropas, las formas de llevarlas... de las culturas populares, y se le pone una autoría. El autor hace una apropiación cultural, traicionando al no poner en valor esos conocimientos que ha adquirido en relación con otras personas.



EN LA VIDA COTIDIANA SE ENTRELAZAN LA CULTURA DE MASAS, LA CULTURA OFICIAL, LA CULTURA ALTERNATIVA Y LAS CULTURAS POPULARES

Para ir aclarando términos deberíamos diferenciar entre cultura oficial, cultura de masas, cultura alternativa y culturas populares. Como plantea Mª Dolores JULIANO (1992:7), “cultura oficial (...): caracterizada por su capacidad para realizar elaboraciones de gran alcance (por ejemplo, sistemas científicos o filosóficos) y su condición normativa. Recibe y estructura aportes individuales (sabios, artistas). Establece los patrones estéticos, legales, religiosos y económicos que dirigen la actividad de los demás sectores. Tiene poder de decisión y goza de prestigio.

Cultura de masa: está basada en la producción y el consumo estandarizados. Responde a pautas fijadas internacionalmente y se apoya en relaciones impersonales. (...) la cultura de masa carece de existencia autónoma así como de los niveles mínimos de organización interior”, se caracteriza por la producción de “paquetes culturales”.

La cultura alternativa puede: estar con el Estado; trabajar para generar un Estado alternativo; estar con el Mercado; trabajar para generar un Mercado alternativo; estar en un no Mercado o un no Estado, siendo esta cultura alternativa la que se aproxima a las culturas populares. Lo alternativo construye a partir de nuevas mediaciones sociales deseadas intentando evitar lo existente aunque muchas veces lo toma desestructurado para poder construir nuevos mundos en los márgenes de lo actual o de lo dominante.

Las culturas populares están basadas en las relaciones interpersonales, colectivas, y con el medio. Se generan en espacios y tiempos concretos generalmente a escala local y vecinal. Sus cosmovisiones reflejan, al mismo tiempo, el rechazo y la aceptación de las culturas oficial y de masas. Este equilibrio inestable puede provocar su desaparición o absorción por parte de estas últimas. Además, no hay que olvidar que las culturas populares entrelazan las corrientes estructurales de etnia, clase social y culturas del trabajo, género y edad; y este entrelazar las enriquece y diversifica.

Mientras la cultura de masas se “apropia” de elementos de las culturas populares hasta aculturizarlas y alienarlas, etiquetándolas de “popular” y convirtiéndolas en “producto-tipo” a consumir... las culturas populares trabajan desde, con y para las culturas populares, a veces, tomando también medios/formatos “de” la cultura de masas como herramientas de dinamización y transformación, rompiendo así el monopolio de los medios en manos de los poderes estatales y del mercado y dando un uso diferente a esos medios.

No podemos hablar de las culturas populares en singular, porque no hay una cultura popular, sino muchas y diversas culturas populares. Como bien dice Jesús MARTÍN-BARBERO (2007:86), “lo popular no es homogéneo, y es necesario estudiarlo en el ambiguo y conflictivo proceso en que se produce y emerge hoy”. Así lo que podemos decir, es que existen unas propiedades diferenciadoras, particularidades, peculiaridades, características, en definitiva: unos puntos, que son los que estamos desarrollando y que nos acercan a las culturas populares como una forma de entender, sentir y hacer las cosas.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Una sesión sobre herramientas convivenciales en Ciudad de México

El próximo sábado 20 de febrero, en el comedor comunitario Ixcalli y de la mano de la Universidad Autónoma de Ciudad de México (LaTICFM-Aula Abierta Comunitaria) trabajaremos el primer taller del Seminario Ilusionismo Social en Casa Libertad: Participando en la Universidad con y desde la Gente.
Cartel con las actividades del seminario

Este taller lleva por título Herramientas convivenciales, tal vez como homenaje a Ivan ILLICH. Lo que hemos pensado para empezar (para romper el hielo, para poder reflexionar individualmente y construir colectivamente conocimientos, sentimientos, haceres que nos ayuden a intercambiar horizontalmente) es leer estos fragmentos del cuadernillo CONVIVENCIALIDAD, TECNOLOGÍA Y DESEMPODERAMIENTO (Javier Encina y Ainhoa Ezeiza, coord, 2015, aquí el cuadernillo completo).

Portada del cuadernillo 9

Tras la lectura, habrá un debate en grupo y después del descanso veremos el vídeo "La comunidad de Las Moscas". A partir de ahí, no sabemos qué va a ocurrir: incertidumbre, caos, incompletitud, imperfección... que se irá definiendo con las personas participantes.


TEXTOS:

La convivencialidad (textos seleccionados). Ivan ILLICH (texto original de 1978)

1.1 La herramienta y la crisis
Ya son manifiestos los síntomas de una crisis planetaria progresivamente acelerada. Por todos lados se ha buscado el porqué. Anticipo, por mi parte, la siguiente explicación: la crisis se arraiga en el fracaso de la empresa moderna, a saber, la sustitución del hombre por la máquina. El gran proyecto se ha metamorfoseado en un implacable proceso de servidumbre para el productor, y de intoxicación para el consumidor.

El señorío del hombre sobre la herramienta fue reemplazado por el señorío de la herramienta sobre el hombre. Es aquí donde es preciso saber reconocer el fracaso. Hace ya un centenar de años que tratamos de hacer trabajar a la máquina para el hombre y de educar al hombre para servir a la máquina. Ahora se descubre que la máquina no ‘marcha’, y que el hombre no podría conformarse a sus exigencias, convirtiéndose de por vida en su servidor. Durante un siglo, la humanidad se entregó a una experiencia fundada en la siguiente hipótesis: la herramienta puede sustituir al esclavo. Ahora bien, se ha puesto de manifiesto que, aplicada a estos propósitos, es la herramienta la que hace al hombre su esclavo.

La sociedad en que la planificación central sostiene que el productor manda, como la sociedad en que las estadísticas pretenden que el consumidor es rey, son dos variantes políticas de la misma dominación por los instrumentos industriales en constante expansión. El fracaso de esta gran aventura conduce a la conclusión de que la hipótesis era falsa.

La solución de la crisis exige una conversión radical: solamente echando abajo la sólida estructura que regula la relación del hombre con la herramienta, podremos darnos unas herramientas justas. La herramienta justa responde a tres exigencias: es generadora de eficiencia sin degradar la autonomía personal; no suscita ni esclavos ni amos; expande el radio de acción personal. El hombre necesita de una herramienta con la cual trabajar, y no de instrumentos que trabajen en su lugar. Necesita de una tecnología que saque el mejor partido de la energía y de la imaginación personales, no de una tecnología que le avasalle y le programe.

Yo creo que se deben invertir radicalmente las instituciones industriales y reconstruir la sociedad completamente. Para poder ser eficiente y poder cubrir las necesidades humanas que determina, un nuevo sistema de producción debe también reencontrar nuevamente la dimensión personal y comunitaria. La persona, la célula de base, conjugando en forma óptima la eficacia y la autonomía, es la única escala que debe determinar la necesidad humana dentro de la cual la producción social es realizable.

El hombre quieto o en movimiento necesita de herramientas. Necesita de ellas tanto para comunicarse con el otro como para atenderse a sí mismo. El hombre que camina y se cura con sencillez no es el hombre que hace cien kilómetros por hora sobre la autopista y toma antibióticos. Pero ninguno de ellos puede valerse totalmente por sí mismo y depende de lo que le suministra su ambiente natural y cultural. La herramienta es, pues, el proveedor de los objetos y servicios que varían de una civilización a otra.

Pero el hombre no se alimenta únicamente de bienes y servicios, necesita también de la libertad para moldear los objetos que le rodean, para darles forma a su gusto, para utilizarlos con y para los demás.

En los países ricos, los presos frecuentemente disponen de más bienes y servicios que su propia familia, pero no tienen voz ni voto sobre la forma en que se hacen las cosas, ni tienen derechos sobre lo que se hace con ellas. Degradados esencialmente al rango de meros consumidores-usuarios, se ven privados de la convivencialidad. Bajo convivencialidad entiendo lo inverso de la productividad industrial. Cada uno de nosotros se define por la relación con los otros y con el ambiente, así como por la sólida estructura de las herramientas que utiliza. Éstas pueden ordenarse en una serie continua cuyos extremos son la herramienta como instrumento dominante y la herramienta convivencial. El paso de la productividad a la convivencialidad es el paso de la repetición de la falta a la espontaneidad del don. La relación industrial es reflejo condicionado, una respuesta estereotipada del individuo a los mensajes emitidos por otro usuario a quien jamás conocerá a no ser por un medio artificial que jamás comprenderá. La relación convivencial, en cambio siempre nueva, es acción de personas que participan en la creación de la vida social. Trasladarse de la productividad a la convivencialidad es sustituir un valor técnico por un valor ético, un valor material por un valor realizado. La convivencialidad es la libertad individual, realizada dentro del proceso de producción, en el seno de una sociedad equipada con herramientas eficaces. Cuando una sociedad, no importa cuál, rechaza la convivencialidad antes de alcanzar un cierto nivel, se convierte en presa de la falta, ya que ninguna hipertrofia de la productividad logrará jamás satisfacer las necesidades creadas y multiplicadas por la envidia.

(...)



Sentidos, imaginarios, técnicas y herramientas en el ilusionismo social. Javier ENCINA y Mª Ángeles ÁVILA (texto original de 2009)

Si las dimensiones, perspectivas o epistemologías nos responden al PARA QUÉ, las técnicas nos responden al QUÉ y las herramientas al CÓMO.

Debemos tener la capacidad de modificar las técnicas y las herramientas según las situaciones que nos vayamos encontrando en los proyectos, y no solo en los proyectos escritos, sino con la gente con que tenemos que trabajar esos proyectos. Lo contrario sería pasar por encima de la gente al utilizar técnicas y herramientas cerradas, y acabadas, no teniendo en cuenta el grupo humano con el que se trabaja. Es necesario, que la gente no quede atrapada y conformada con las técnicas y herramientas que utilicemos, para ello hay que inventar, recrear, construir nuevas técnicas y herramientas que se adapten a la gente, permitiendo conocer transformando a la vez.

Las técnicas, no son otra cosa que la manera de ir construyendo las formas de hacer para llevar a cabo el proceso de ilusionismo social, facilitándonos el cómo vamos construyendo los caminos que estén en sintonía con las preguntas de los principios de ilusionismo. La opinión generalizada de las personas que se dedican a la investigación social, es que las herramientas (lo que entienden l@s profesionales por técnicas) son aprovechables e intercambiables para todas las dimensiones, mientras más herramientas sepas mejor vas a saber responder a los problemas de la investigación. Pero esto está muy alejado de lo real, en el mejor de los casos utilizar herramientas no adecuadas es una pérdida de tiempo, pero lo más corriente es que sea una reducción que provoca unir lo que es diverso, de una manera arbitraria que anula esa diversidad. Es una forma de eliminar lo individual y singular, identificando leyes generales e identidades simples y cerradas; para construir la lógica del orden sobre el basurero del caos. Las técnicas no pueden ser intercambiables igual que no lo son los papeles de los investigados, ni los para qué, ni el proyecto social.

En nuestra forma de hacer que supone el ilusionismo social, hemos trabajado siete técnicas hasta el momento. Las técnicas responden a la pregunta ¿qué vamos hacer?, nosotr@s hemos ido encontrando estas respuestas posibles: encontrarnos, una provocación, dinamizar y generar mediaciones deseadas, una devolución-evaluación y transferencia de pensamientos, sentimientos y haceres, una puesta en valor de trabajo colectivo, una flexibilización de estructuras y despedirnos.

(...)



Las relaciones con la tecnología como analogía del papel de la escuela dominante. Ainhoa EZEIZA, Javier ENCINA (texto original de 2015)

La tecnología falsea y confunde la accesibilidad y la conexión entre conocimientos con la construcción colectiva. La idea de poder compartir de igual a igual el conocimiento, que genera una menor dependencia hacia la cultura institucional, abre a nuevas formas de interrelación; sin embargo, difícilmente se construye colectivamente porque las formas de los soportes digitales no son propicias para el trabajo colectivo. Se pueden crear fácilmente bancos de conocimiento, blogosferas, foros... pero son predominantemente demostraciones de lo creado de forma individual para que cada persona tome lo que considere.

Las TIC tienden a territorializar el conocimiento y las relaciones humanas, a compartimentalizar, de forma que plantea una herramienta o un sitio web para cada cosa (blogs de educación, redes profesionales, webs para encontrar pareja, herramientas para encontrar trabajo...). Promueven una visión fragmentada y organizada según los objetivos de la interacción, generando así relaciones predefinidas e instrumentales.

Desde las nuevas tecnologías de la comunicación se está intentando cambiar las formas de estar junt@s, transformando las percepciones sobre el espacio y el tiempo. [...] El tiempo se convierte en un eterno presente que debilita las experiencias del pasado e imposibilita las transformaciones futuras.
Beatriz LUQUE y Javier ENCINA (2007:29).


viernes, 12 de febrero de 2016

De nuestros encuentros y talleres en Xalapa: Un resumen para seguir propiciando el debate

Cuando llegamos a Xalapa, por recomendación de Mirna y acogidos por Juliana Merçon, de GIASE, no sabíamos que íbamos a disfrutar de tantos encuentros, tan variados, y de poder intercambiar saberes en tantos lugares y tan diversos, con tanta gente... Estas son algunas actividades en las que participamos entre el 15 y el 30 de enero:
  • Sábado 16 de enero: Visita al Mercado Agroecológico de Coatepec
  • Miércoles 20 de enero (17:00 a 20:00): Encuentro con la Red de Agricultura Urbana de Xalapa
  • Jueves 21 de enero (11:00 a 14:30): Encuentro en La Casa de Nadie con el Colectivo del mercadito
  • Sábado 23 de enero (9:30 a 14:00): Taller de autogestión y culturas populares, en La Casa de Nadie
  • Domingo 24 de enero (9:00 a 12:00): Primer taller de la Red de Huertos Escolares y Comunitarios, en la Colonia Mariano Escobedo
  • Martes 26 de enero (18:00 a 20:00): Conversatorio Participación y diálogo de saberes en los espacios y tiempos cotidianos, en el Auditorio de la Universidad Veracruzana
  • Taller: Participando con y desde la gente, en Ecodiálogo (Universidad Veracruzana): 1ª sesión, viernes 29 de enero (17:00 a 20:00): Formas en las que se han hecho los procesos de participación. 2ª sesión, sábado 30 de enero (10:00 a 14:00): El Ilusionismo Social. 3ª sesión, sábado 30 de enero (16:00 a 19:00): Desempoderamiento comunitario.
En el mercado agroecológico de Coatepec, con Sabrina

Por resumir un poco los temas que se fueron tratando en los diversos espacios, en los que compartimos pensares, sentires y haceres, hemos recogido estas ideas y las hemos relacionado con textos y experiencias que hemos tenido en nuestra vida:

EL MIEDO
Para nosotr@s, entender el miedo es romper la falsa dicotomía seguridad/inseguridad, romperla mediante la confianza, los cuidados y el trabajo de la esperanza de lo imposible, mediante la recuperación de los espacios y tiempos cotidianos que han sido convertidos en horarios y territorios, ya sea por la violencia, o por las instituciones, que pretenden provocar la seguridad de lo posible.

Estas ideas nos traen este texto de Jesús Martín-Barbero:
Comunicación y ciudad: entre medios y miedos. Jesús MARTÍN-BARBERO, Foro nacional sobre la cultura, 1990. 
Y este audio sobre los simulacros y las risas como formas de disolver el miedo: Simulacros; la capacidad de adaptacion para movernos de la seguridad de lo posible a la esperanza de lo imposible.

DIÁLOGO DE SABERES
Para nosotr@s, sería hacer las cosas con y desde la gente: hablando, haciendo, sintiendo, pensando.... no como un mero acto de recibir un mensaje emitido, como un mero acto de escucha, por muy activa que sea esta, como un mero acto de interpretación y de búsqueda de palabras comunes o de herramientas de interconexión. Sería un acto de desempoderamiento que genere horizontalidades que provoquen construcciones colectivas.

Cómo se puede dialogar cuando de un lado se pone el pensar y del otro el pensar, el sentir, el hacer, las fantasías, el cuerpo... en principio, parece un poco descompensado, ¿no?

Estas ideas nos traen un vídeo de Eduardo GALEANO: Los Nadie (aunque es corto, si no tenéis tiempo o paciencia, podéis ver solo la tercera parte).

En el Auditorio de la Universidad Veracruzana

LO ALTERNATIVO Y LO POPULAR
Hemos debatido sobre las culturas (cultura institucional, cultura de masas y culturas populares), introduciendo en el debate la cultura alternativa. La cultura alternativa puede: estar con el Estado; trabajar para generar un Estado alternativo; estar con el Mercado; trabajar para generar un Mercado alternativo; estar en un no Mercado o un no Estado, siendo esta cultura alternativa la que se aproxima a las culturas populares.

Apuntamos algunas diferencias clave que hallamos al reflexionar sobre la educomunicación popular y la alternativa:
  • La educomunicación popular se debate entre la confianza de lo posible y la esperanza de lo imposible, lo alternativo busca, sin embargo, un modelo distinto, otro, rechazando las formas actuales.
  • La educomunicación popular implica formas de relación con la educomunicación de masas (incluso con la institucional) desde los tiempos y espacios cotidianos, mientras que la educomunicación alternativa implica transformar las lógicas de los procesos de educomunicación. Por lo tanto, la primera se apoya en la reversión de las lógicas de educomunicación institucionalizadas y la segunda en la subversión de las mismas.
  • Estas dos formas de trabajo se encuentran, asimismo, con dos limitaciones importantes que son la base de su incomprensión: lo alternativo halla su límite en la confusión de la cultura de masas con las culturas populares. Lo popular, por su parte, al ver las formas de expresión de lo institucional y de lo alternativo como parecidas es incapaz de diferenciar los mensajes de uno y de otro.
Entender las diferencias fundamentales entre lo alternativo y lo popular y conocer sus limitaciones permitirá desarrollar técnicas y herramientas adaptativas, aguzar los sentidos y desarrollar formas de hacer transformadoras. Para ello hacemos especial hincapié en abrir puentes a partir del trabajo de las mediaciones sociales deseadas.

Uno de los temas que más hemos tratado es el de la ecología, tanto a nivel universitario como a nivel alternativo, como a nivel de las culturas populares. Esto nos recordó un artículo que os dejamos a continuación:
El ecologismo de los pobres, veinte años después: India, México y Perú, de Joan Martínez Alier

En La Casa de Nadie

LAS METODOLOGÍAS Y LAS FORMAS DE TRABAJAR
Las metodologías ponen los contenidos por encima de las formas de relación y predeterminan esas formas. Plantear protocolos para las presentaciones, para expresar los sentires, para determinar cuándo hay que pensar, cuándo hay que hacer y cuándo hay que sentir nos conduce a una fragmentación; ir trabajando con la gente, en nuestra diversidad, es una forma de sentir como importantes los pensares/sentires/haceres compartidos y generados en ese compartir.

Esto engarza con el desempoderamiento comunitario (y el trabajo de sus ocho pilares: cuidados, libertad, construcción colectiva, confianza, interdependencia y autonomía, alegría, decrecimiento y esperanza), las relaciones universidades/comunidades, las formas de impartir talleres, clases... que deben ser simulacros en los que se trabajen todas estas cosas, que entienden la complejidad entrelazando en un tejido todas esas cosas que desde el pensamiento científico dominante nos muestran como separadas y que en la vida cotidiana se nos muestran de otras formas.

Para profundizar en estas breves reflexiones:
Participando con y desde la gente
Sobre la ciencia: El Ilusionismo Social. Más allá de la última frontera metodológica. Javier Encina y Mª Ángeles Ávila.
Sobre el desempoderamiento: El Desempoderamiento. Viviendo la construcción de un Nuevo Mundo sin poder. Javier Encina y Mª Ángeles Ávila.


En Ecodiálogo

BÚSQUEDA DE NUEVAS ESTRUCTURAS vs. AUTOGESTIÓN DE LA VIDA COTIDIANA
Las estructuras sociales actuales, no solamente no nos sirven sino que apuntan hacia un tipo de sociedad con la que no coincidimos. Desde lo alternativo, se buscan nuevas formas de estructurar la sociedad para construir otro mundo, que se organice en torno a principios éticos y sociales con mayor equidad. La acción desde las culturas populares va más hacia la flexibilización de las estructuras existentes con la que conseguir una invisibilización que permita una mayor autogestión de la vida cotidiana. Vivir viviendo el mundo nuevo, frente a lo alternativo, que es construir un futuro nuevo.

El Poder nos conduce y nosotr@s, en ese orden, nos dejamos conducir. Un nuevo orden requiere de un nuevo Poder que nos conducirá y que nos volverá a dejarnos conducir. El caos (no confundir con "desorden") que emana de las acciones inmersas en las culturas populares es un potente freno al conducir del Poder.

Para profundizar en estas breves reflexiones:
Cómo se ejerce el Poder. Michel FOUCAULT.
Vídeo Flexibilización de estructuras
Los rituales del caos, de Carlos MONSIVAIS
Audio sobre cultivos sociales y autogestión de la vida cotidiana
Teorías, experiencias... sobre autonomía y autogestión de la vida cotidiana

Acabando el último taller, en Ecodiálogo